SOLIDARIDAD 

La solidaridad es uno de los valores humanos tradicionales, emparentado con la compasión y con la generosidad, y que tiene que ver con los ánimos de cooperar y brindar apoyo a una persona necesitada en su mayor momento de vulnerabilidad, sobre todo si ello implica hacer a un lado las necesidades, opiniones o prejuicios personales.
La ayuda prestada en un momento de solidaridad, así, se considera desinteresada, vale decir, que no espera una retribución o una ganancia a cambio del servicio prestado. Se supone que constituye un grado de altruismo o desprendimiento, que pone las necesidades ajenas por encima de las propias momentáneamente. Por eso es común apreciarla en situaciones críticas o catastróficas, como las guerras, los desastres naturales o simplemente las épocas problemáticas en la vida de alguien.
Del mismo modo, la solidaridad no suele considerarse como una obligación o un mandato, sino que ha de ser voluntaria. Existe, no obstante, un compromiso moral en quienes dispongan de los recursos para ayudar a otros a superar una situación crítica, y nuestra cultura no percibe con buenos ojos a quienes simplemente se rehúsen a hacerlo.
Por último, la solidaridad es un requisito en la construcción de relaciones afectivas profundas como el amor o la amistad, dado que generan agradecimiento e incluso un compromiso de reciprocidad en quienes reciben la ayuda desinteresada. Se trata de un valor ampliamente fomentado, como remedio a los males del individualismo y el egoísmo dentro del funcionamiento del mundo.

Ejemplos de solidaridad

Puede apreciarse claramente la solidaridad en casos como los siguientes:
  • La colecta de ropa, víveres imperecederos y otros insumos vitales para asistir a una población víctima de una catástrofe natural, o desplazada por motivos bélicos o económicos.
  • La inversión en fondos de ayuda a sectores empobrecidos de la población, como los comedores populares gratuitos, las organizaciones de educación popular, etc.
  • Los fondos de pensión, en los que una generación joven paga por la generación retirada, y luego cuando es vieja recibe a su vez el pago de los jóvenes venideros.
  • Durante la Segunda Guerra Mundial, en pleno furor antisemita, hubo muchos alemanes que arriesgaron sus vidas y las de sus familias para ayudar a judíos escapar del exterminio.
  • Las familias pobres que comparten con un vecino en peor situación la poca comida que poseen.
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